El flamenco, con su riqueza cultural y su profundidad emocional, es una forma de arte que ha evolucionado a lo largo de los siglos. En este contexto, el espectáculo Bailaores se erige como un ejemplo magnífico, demostrando que, a veces, lo más sencillo puede ser lo más impactante. Con un planteamiento directo y potente, logra captar la esencia de este arte sin complicaciones innecesarias.
Desde la llegada al Auditorio Edgar Neville en Málaga, los asistentes pudieron sentir la atmósfera vibrante que presagiaba una noche memorable. La presencia de artistas renombrados entre el público subrayaba la categoría del evento, generando un ambiente de expectativa y admiración. Este espectáculo no solo se trató de danza, sino de una celebración del flamenco en su forma más pura.
El inicio: un encuentro de arte
El escenario, adornado con cuatro sillas de enea, se convirtió en el epicentro de una reunión artística que prometía. En este espacio, se sentaron Manuel Tañé, El Yiyo, David Paniagua y Pepe Torres. Este último, con su guitarra en mano, abrió el espectáculo con una introducción musical que impregnó el ambiente de un sabor flamenco inconfundible.
La conjunción de la guitarra de Torres con las voces de Pechuguita y Canito creó una atmósfera que, aunque carecía de baile en sus inicios, estaba cargada de promesas. La presentación del guitarrista Juan Requena aportó una capa de delicadeza, elevando las expectativas del público hacia lo que estaba por venir.
El despliegue de talento: la llegada de los bailaores
Con los acordes de la bulería por soleá, comenzó el despliegue de los bailaores. La entrada de Pepe Torres fue un momento culminante, donde su baile encarnó la fuerza y la masculinidad, aliñada con la sutileza de los quiebros de cadera. Su habilidad para escuchar y responder al cante fue admirable, creando una conexión palpable con los artistas que lo acompañaban.
Su baile fue descrito como fluido y natural.
El uso del compás fue un elemento destacado en su actuación.
La duración de su número resultó perfecta, dejando al público con ganas de más.
Este nivel de conexión y dominio del arte no es común, y fue uno de los aspectos que realmente brillaron en la actuación de Torres.
David Paniagua: un baile sutil y profundo
El siguiente en la línea fue David Paniagua, quien, con una presentación íntima, invitó a los cantaores a rodearlo en un círculo. El ambiente se tornó más cercano, y los fandangos comenzaron a fluir, creando un espacio donde su personalidad artística podía desarrollarse plenamente. Su baile, caracterizado por la sutileza y el juego con el compás, contrastó maravillosamente con la energía de sus predecesores.
Después de un interludio por tangos, donde los cantaores brillaron con sus voces, llegó el momento de El Yiyo. Su baile, pleno de energía y fuerza, hizo uso de su talento para la auto-percusión, marcando un estilo que recordaba al famoso Joaquín Cortés en sus mejores años. Cada giro vertiginoso y cada paso fue una muestra de su virtuosismo, dejando al público maravillado.
Barullo y el legado de los Farruco
A medida que el espectáculo avanzaba hacia su clímax, Barullo subió al escenario, llevando consigo la herencia de los Farruco. Su estilo único, caracterizado por desplantes casi acrobáticos, hizo que la audiencia se sintiera cautivada. Esta conexión con sus raíces, combinada con su innegable talento, hizo que su presentación fuera memorable.
El arte de Barullo no es solo una exhibición de habilidad física; es una manifestación de la cultura gitana, que ha estado presente en el flamenco desde sus inicios. Los movimientos de Barullo son un testimonio de la historia y la tradición que lleva en su sangre, y su actuación es una celebración de la herencia flamenca.
El final: una fiesta flamenca auténtica
Con el espectáculo llegando a su fin, Pechuguita se permitió un momento de diversión y demostró su propia destreza en el escenario, mientras que Pepe Torres ofreció un par de desplantes que se convirtieron en un momento icónico de la noche. La respuesta del público fue inmediata, con aplausos en pie que resonaron en el auditorio, una muestra clara de la satisfacción y la alegría que había generado el espectáculo.
La velada fue una auténtica celebración del flamenco, un viaje por la riqueza y diversidad de este arte, donde cada bailaor y cantaor aportó su propio matiz a la experiencia colectiva.
Ficha artística del espectáculo
Bailaores es un proyecto de los renombrados David Paniagua, Pepe Torres, Barullo y El Yiyo. Se presentó en la IX Bienal de Arte Flamenco de Málaga, concretamente en el Auditorio Edgar Neville, el 26 de junio de 2025.
Datos destacados:
Baile: Pepe Torres, David Paniagua, El Yiyo y Barullo
Cante: Manuel Tañé, Antonio Canito y Pechuguita
Guitarra: Juan Requena
Aforo: Casi lleno
Este espectáculo es un claro reflejo de la potencia del flamenco, donde la tradición se encuentra con la innovación y cada actuación es un homenaje a la cultura que la sustenta.
